Enredando Temas

Relato: La bestia

José vivía en un pequeño pueblo andaluz rodeado de viñedos y olivos. La vida allí era tranquila y pacífica, hasta que un día algo extraño comenzó a suceder.

Empezó con pequeños detalles, como las cortinas de la ventana moviéndose sin que hubiera viento, o un extraño olor a podrido en la plaza del pueblo. Pero pronto las cosas empeoraron. La gente empezó a desaparecer. Primero fueron los animales de granja, luego los gatos y perros callejeros. Nadie sabía qué estaba pasando, pero todos estaban asustados.

José era un hombre valiente, y decidió investigar por su cuenta y comenzó a buscar pistas en el bosque cercano. Fue entonces cuando encontró algo aterrador: una extraña criatura que parecía un ogro. La bestia tenía unos ojos brillantes y hambrientos que lo miraban fijamente.

No sabía qué hacer, pero sí que tenía que advertir a los vecinos de su localidad. Sin embargo, cuando llegó al pueblo, se encontró con algo aún más escalofriante: todas las casas estaban vacías, no había un alma en la calle. Parecía como si todos hubieran huido aterrorizados.

José no sabía qué hacer. Estaba solo, en medio de un pueblo deshabitado, con una extraña criatura acechándolo. Decidió correr hacia su casa, pero cuando llegó, encontró algo aún más aterrador: la criatura había estado allí antes que él.

La casa estaba destrozada, la puerta arrancada de cuajo y los muebles volcados. Pero lo peor de todo fue lo que encontró en el sótano: el cadáver de su esposa, horriblemente mutilada y desfigurada.

Gritó de terror y dolor, entre esa confusión escuchó un ruido detrás de él. La criatura había llegado. José sacó su escopeta y comenzó a disparar, pero la bestia era demasiado rápida y escurridiza.

Finalmente, se dio cuenta de que estaba perdido. La criatura era demasiado fuerte y astuta para él. Cerró los ojos y esperó lo peor. Entonces algo increíble sucedió: la bestia desapareció.

José nunca supo qué pasó con la criatura. Algunos dicen que murió en el bosque, otros dicen que simplemente desapareció. Pero lo que sí se sabe es que nunca más se volvió a ver a José. Se cuenta que también murió en el bosque o que simplemente huyó, aterrorizado por lo que había visto.

Ese pequeño pueblo andaluz nunca volvió a ser el mismo. Las casas siguen vacías y en los pueblos vecinos se hablan de la criatura que acecha en los bosques. Y cuando la noche cae y el viento sopla entre los olivos, todavía se pueden escuchar los gritos de terror de José, pidiendo ayuda.

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